Savia Salamanca

Ver con qué facilidad comen ahora verduras mis hijos, coger los tomates cherry o las fresas, lavarlas allí y comerlas directamente es todo un placer

Entrevista a María Isabel Gutiérrez, ganadora del premio del I Concurso de Productos de los Huertos Urbanos al Mayor tomate

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Una de las principales razones que llevaron a María Isabel Gutiérrez a trabajar una parcela en los Huertos Urbanos de Salamanca fue que sus hijos “comieran verduras ecológicas, sin haber pasado por cámaras, del huerto a la mesa y para que aprendieran cómo se cultivan y el trabajo que supone recolectar, lo cual hace que al comerlo te sepa más rico”.

Tras eliminar las hierbas silvestres y tratar la tierra con la ayuda de sus padres, que también trabajan un huerto en este espacio y le ayudan en su parcela, “elaboré un plano de lo que quería plantar y la distribución de las verduras y pusimos el riego”. A partir de ahí, gracias a los consejos de los cursos que imparten en la nave de HUS y a los que asiste mi padre y consultando cuidados por internet, “vamos plantando las semillas hasta que brotan y vamos quitando las malas hierbas, tapando los puerros y las fresas,' capando los tomates', seleccionando los que tienen más fuerza y poniéndole las guías (que es lo que lleva más trabajo). Luego hay que ir periódicamente a regar y quitar hojas secas y a tapar y proteger los tallos y productos del viento, la lluvia, los pájaros…”

Sus cuidados sin duda resultan efectivos ya que María Isabel resultó vencedora en el I Concurso de Productos de los Huertos Urbanos en la categoría de Mayor Tomate, resuelto el pasado 17 de septiembre, en el contexto de la inauguración de la nueva Lonja sita en este espacio. Un reconocimiento que se suma a la buena experiencia que esta salmantina destaca de tener un huerto sostenible: “La alegría y satisfacción cada vez que recojo algún producto, por pequeño que sea, lo hemos cultivado y cuidado nosotros, es nuestra recompensa y eso se nota en el sabor y me hace mucha ilusión. Ver con qué facilidad comen ahora verduras mis hijos, coger los tomates cherry o las fresas, lavarlas allí y comerlas directamente es todo un placer. Además, es una forma de hacer que salgan de casa para dar un paseo por una zona verde, limpia y pasar un rato allí te aleja por un momento de la rutina y sus complicaciones y adquieren hábitos saludables.”

María Isabel nos cuenta que en su parcela planta una gran variedad de especies: “Cinco variedades de tomates, cuatro variedades de pimientos, tres de lechugas, dos variedades de judías verdes y otras dos de cebollas, puerros, acelgas, repollos, calabacines, pepinos, zanahorias, berenjenas, espinacas y fresas y este año también planté una patata que trajo mi hija del colegio de una actividad de Ciencias naturales y nos ha dado patatas baby muy ricas. Además, para ayudar a la polinización tengo capuchinas y crisantelmos y para evitar los insectos tengo entre los bancales plantas aromáticas: romero, hierba buena, menta achocolatada, achilea, orégano y perejil”.

Esta usuaria de los huertos urbanos sostenibles destaca la importancia de promover la agricultura ecológica en Salamanca ya que “los productos son riquísimos cultivados así, ayuda a mantener a la gente activa en actividades sanas y productivas, promoviendo hábitos de vida saludables. Se crea una zona verde donde da gusto pasear, hacer deporte o simplemente sentarte en los bancos y socializar con gente. Creo que Salamanca capital tiene muchos monumentos pero también una ribera del Tormes muy bonita, con unas vistas y zonas que creo están sin explotar y ésta es una buena y sana opción, que contribuye a crear una ciudad con una mayor calidad de vida”

Para terminar, María Isabel anima al desarrollo de actividades como el concurso de productos en el que ella ha resultado ganadora y apunta algunas ideas concretas: “Se pueden hacer concursos de muchos y variados productos, pues ya se pudo apreciar en este concurso, la calidad y variedad de los productos que aquí se cultivan, muchas de las personas que acudieron a la exposición me preguntaban si en algún momento se iban a comercializar los productos aquí cultivados. La gente sabe que el sabor es totalmente diferente y hacer catas o una especie de trueque entre los productos me parece una idea interesante a la que darle vueltas. Las demostraciones culinarias tuvieron mucha afluencia, por lo que también podría ser interesante clases de cocina de los productos aquí cultivados al igual que se imparten clases del cuidado y del cultivo del huerto. Y quién sabe, un concurso de platos agrícolas ecológicos”

María Isabel consigue trasladarnos su pasión, la alegría y la recompensa de trabajar la tierra con criterios responsables, disfrutar del contacto con la naturaleza y obtener productos saludables que ayudan a tener una vida más sana.

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