Savia Salamanca

Jardín de las cuatro estaciones

Un nuevo espacio verde en el barrio de La Vega, buscando mayor valor ecológico y paisajístico

El Jardín de las cuatro estaciones es un nuevo espacio verde en la ciudad de Salamanca, fruto de la regeneración de un espacio degradado en el barrio de La Vega.

Este barrio ha sido tradicionalmente un referente en la ciudad en cuanto a espacios ajardinados gracias a la participación ciudadana en su conservación. Así, la variedad y vistosidad de numerosas especies de floración escalonada hacen que transitar sus calles sea atractivo en cualquier momento del año.

Sin embargo, la Avenida de Carlos I presentaba un ajardinamiento simple basado en césped y una alineación de árboles. Esta fisonomía, además de no aportar un valor paisajístico a La Vega, generaba un alto consumo de recursos hídricos y de mantenimiento, por lo que el Ayuntamiento la ha transformado en un espacio de mayor valor ecológico y paisajístico a partir de soluciones basadas en la naturaleza.

La puesta en marcha de esta iniciativa genera una serie de beneficios medioambientales, sociales y relacionados con la mitigación del cambio climático, en consonancia con Savia Red Verde Salamanca, la Estrategia de Infraestructura Verde de la ciudad. En concreto, se incorporan especies autóctonas y adaptadas, que incrementan la biodiversidad; se reducen las superficies de césped, de elevado consumo de agua, reduciéndose en un 47% tanto el consumo como el coste de mantenimiento; se mejora la conectividad ecológica, creando una banda de alto valor paisajístico y ecológico; y se incluyen elementos vegetales en descomposición (troncos, ramas, etcétera) dentro del espacio como lugar donde albergar fauna e invertebrados que mejoren el ecosistema de la zona.

 

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La propuesta paisajista del Jardín de las cuatro estaciones consiste en la creación de una banda ajardinada a lo largo de la Avenida Carlos I, en consonancia con el estilo de jardinería del barrio. En cada una de estas zonas se realizan plantaciones de diversas especies, con una combinación de texturas, alturas y colores que presenten su mayor vistosidad y atractivo en cada una de las estaciones del año.

Jardín de primavera: compuesto por plantas arbustivas y tapizantes apreciadas por su floración tales como Syringa vulgaris (Lilo), Chaenomeles japonica (Membrillo japonés), Rhododendron spp (Rododendro), Phormium tenax (Fornio), Forsythia x intermedia (Forsitia), Abelia grandiflora (Abelia), Vinca major (Vinca), Hypericum calycinum (Hipérico).

Jardín de verano: se incluyen arbustivas y aromáticas de floración más tardía y elevada rusticidad, como Photinia x fraseri (Fotinia), Viburnum tinus (Durillo), Nerium oleander (Adelfa), Rosa sp (Rosal tapizante), Lavandula officinalis (Lavanda), Stipa tennuisima (Stipa).

Jardín de otoño: se conjuga una variedad de tonalidades de hojas y frutos que hacen que estas plantas presenten su atractivo en los meses otoñales, como Cotoneaster horizontalis (Cotoneaster), Arbutus unedo (Madroño), Spirea x vanhouttei (Espírea), Berberis thumbergii var. atropurpurea. (Agracejo), Salvia microphylla (Salvia), Rosmarinus officinalis var. prostratus (Romero tapizante).

Jardín de invierno: a pesar de la adversa climatología del invierno salmantino, hay especies interesantes por el color de sus troncos o la forma de sus hojas, como Cornus sanguinea (Cornejo), Juniperus horizontalis (Enebro rastrero), Nandina domestica (Nandina), Mahonia aquifolium (Mahonía), Carex spp (Carex), Hebe spp (Verónica).

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