Savia Salamanca

Consejos para no alimentar erróneamente a los patos de La Alamedilla y Jesuitas

Desde el Centro de Educación Ambiental Lorenzo Milani

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La biodiversidad contribuye a lograr ciudades más saludables, donde las personas conviven con especies animales adaptadas, que aportan distintos beneficios a la vida urbana. La coexistencia entre fauna y seres humanos solo es posible si se respetan y promueven los espacios naturales en los que estos “vecinos” puedan sentirse cómodos y también asegurar su correcta alimentación. Desde Savia Salamanca y el proyecto LIFE Vía de la Plata se llevan a cabo distintas medidas concretas para fomentar esta biodiversidad y también para familiarizar a la ciudadanía con las especies animales con las que convivimos, dando a conocer sus características y necesidades.

En ocasiones, queriendo asegurar la manutención de estos animales, la ciudadanía puede cometer errores que, lejos de favorecerlos, generen un perjuicio en las propias especies o en el entorno en el que habitan, un error que es muy común, especialmente, en aquellos que viven en el río y también en estanques de la ciudad, como los patos.

Para informar a los vecinos de Salamanca sobre cómo se alimentan estos animales y qué consecuencias puede tener hacerlo de forma equivocada, desde el Centro de Educación Ambiental Lorenzo Milani, perteneciente a la Casa Escuela Santiago Uno, se ha editado un pequeño audiovisual en el que su coordinador, Miguel Blanco, da algunas claves de esta problemática.

 

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En primer lugar, es importante tener en cuenta que el pan, el principal alimento que la ciudadanía utiliza para alimentar a los patos, tiene un porcentaje de sal que es muy perjudicial para ellos (1,3%), siendo preferible recurrir a alimentos frescos, como frutas o verduras en lugar de utilizar estos productos procesados que el organismo de estas aves no puede gestionar adecuadamente. Según cuenta Miguel Blanco en este vídeo, el problema se vuelve mayor cuando se administra este tipo de alimentación poco saludable a las crías de pato, que necesitan gran aporte de nutrientes por encontrarse en una etapa de crecimiento y que pueden tener graves problemas en su desarrollo si dejan de comer lo que se les provee desde los servicios municipales para ingerir productos de menor calidad nutricional.

Junto con la problemática para los propios animales, esta “costumbre” genera contaminación en las aguas de los estanques urbanos ya que el vertido de grandes cantidades de pan o snacks, acaba propiciando que el agua se ensucie y sea necesario vaciar el estanque, haciendo emerger los lodos del fondo, que suelen ser tóxicos en gran medida para los patos. Las migas y los restos de alimentos provocan que las algas proliferen, aparezcan colonias de insectos, aumente el moho y se desarrollen bacterias, propiciando un agua turbia, de color verdoso y que rezuma malos olores.

Tal y como destaca este experto, la alimentación de las especies urbanas es una tarea del Ayuntamiento de Salamanca y, en este caso, una intervención por parte de la ciudadanía puede acabar siendo dañina para los animales a los que se pretende ayudar ya que, en su mayoría, los productos utilizados no les aportan los nutrientes que requieren y son muy perjudiciales para su salud, causándoles serias enfermedades e incluso deformidades.

Puedes acceder a este vídeo divulgativo aquí

 

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