Savia Salamanca

La naturaleza no es un atrezo sino algo imprescindible en nuestro día a día

El poeta salmantino Raúl Vacas ha participado en las jornadas - La Biblioteca del Bosque. A la sombra de las palabras en flor -

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En esta nueva Historia Savia hablamos de la palabra, de la naturaleza y del poder de una mirada diferente para descubrir aquello que nos rodea con Raúl Vacas. Él es un reconocido poeta salmantino con una amplia producción literaria, gran parte de la cual se dirige a público infantil y juvenil y que centra parte de su actividad en la enseñanza de la escritura creativa.

Precisamente esta actividad ha sido la que ha hecho que, la pasada semana, haya colaborado en las jornadas “La Biblioteca del Bosque” organizadas por la Biblioteca Municipal Torrente Ballester con la colaboración del departamente de Medio Ambiente y que vinculaba, de un modo único, naturaleza y cultura dentro de la estrategia Savia.

En estas jornadas, Raúl Vacas impartió un taller de escritura creativa sobre “Los sentidos y el asombro”, que fomentaba el descubrimiento de la naturaleza y su potencial inspirador mediante una nueva mirada, gracias a una observación más amplia, a través de todos nuestros sentidos. “La Naturaleza y su “envoltura” natural, como afirmaba Goethe, nos permitirá disfrutar de ese asombro si nos acercamos con curiosidad a ella y con los sentidos abiertos. Antes de aprender a nombrar las cosas y conocerlas en profundidad es preciso conmoverse con ellas”, destacaba Vacas en la presentación de su taller. Un taller de creación que pretendía, desde el punto de vista de la inspiración literaria, fomentar la observación de la naturaleza de un modo más amplio “por el otro lado de los prismáticos”, completando esa mirada con el resto de los sentidos. Una visión perfectamente alineada con los objetivos de la estrategia Savia que permite poner en valor la riqueza natural que nos rodea en Salamanca.

Raúl destaca que “Salamanca tiene espacios verdes maravillosos como el Parque de los Jesuitas, el Huerto de Calisto y Melibea, la Alamedilla, Huerta Otea o la Aldehuela” y apunta a la necesidad de seguir renaturalizando la ciudad y educar a las nuevas generaciones desde la administración y también desde los centros escolares “hay que acompañar esas iniciativas con una verdadera formación en lo que considero esencial, el verdadero conocimiento del medio. Que niños y jóvenes aprendan sobre plantas, árboles, aves más allá de los libros” concluye.

Aprovechamos para preguntar a este creador sobre los beneficios que la naturaleza aporta al ser humano más allá del punto de vista de la salud física, sino en lo relativo al estado emocional y lo tiene claro: “Estoy convencido de que sí aporta. Muchos lugares de la ciudad están vinculados a nuestros recuerdos, sobre todo los que hemos vivido parte de la infancia en la ciudad. El Parque Picasso y el Parque de los Jesuitas fueron los parques de mi infancia y adolescencia, aunque me crié en un pueblo de la provincia. Algunos de esos parques cuentan, además, con espacios para el deporte y son frecuentados los fines de semana por numerosos niños y jóvenes. Pero la naturaleza urbana es limitada. Quizá falta el acercamiento a los espacios naturales de la provincia que son muchos y variados; desde la Dehesa al bosque, pasando por la tierras de cultivo. Es preciso recuperar el asombro y para ello es imprescindible trabajar con los sentidos y la emoción. Sentir que la naturaleza no es un atrezo sino algo imprescindible en nuestro día a día. Observar la vida con curiosidad, como hacen los niños que todo lo exploran, sienten y disfrutan. ¿Quién no tiene un árbol bien plantado y arraigado en la tierra fértil de la memoria?”

Para finalizar, Raúl Vacas nos cuenta cómo la ciudad de Salamanca y la provincia han tenido una importante influencia en su obra, caracterizada por un tipo de poesía eminentemente urbana pero con guiños al campo, reflejando sus vivencias de la infancia en la Dehesa: “La encina aparece en varios textos y también el río Tormes, del que escribí un largo poema. Pero hay otros árboles en la ciudad que han merecido mi atención como la sequoia que hay en el claustro de la Universidad de Salamanca o los cipreses del Cementerio”

Una Historia Savia con una perspectiva diferente, que nos habla del potencial emocionalmente enriquecedor del medio natural y de la influencia de la naturaleza en el arte y la cultura.

 

“de tanto y tanto

mirar hacia las flores

tengo tortícolis”

Sôin Nishiyama

 

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